Cuando pregunto a las personas por su opinión a cerca de las deudas, siempre me responden de manera negativa, frustrados y hartos; porque para ellos la deuda siempre es mala, en cierta manera tienen razón por sentirse así.

Pero, hay que conocer que existe la deuda buena, deuda mala y la extremadamente negativa, así es, la deuda también puede tener estas vertientes, ¿Pero cómo es esto posible?, ¿cómo diferenciarlas?, ¿en qué me puede ayudar “una deuda buena” y cómo saber que no caeré en las otras dos?

Te platicaré al respecto y confío en que puedas resolver éstas dudas.

La deuda mala, ¿Qué es y cómo se origina?

Ese tipo de deudas son aquellas de las cuales todos queremos huir, sin embargo cuando menos lo esperamos, estamos sumergidos en cuentas impagables, estrés e incluso llegamos a recibir llamadas continuas del departamento de crédito del banco o tienda departamental. Las deudas malas las adquirimos cuando compramos bienes innecesarios o que no podemos solventar; muchas veces son artículos que nos producen un gusto momentáneo, por ejemplo: adquirir una televisión de plasma de 60 pulgadas de última generación (cuando tenemos varias en casa) o comprar una consola de videojuegos que no contamos con el tiempo para usar.

Consideremos también como “deuda negativa o mala” a préstamos de los cuales no podemos recuperar el 100% de lo “invertido”, con intereses muy altos o en plazos muy largos de liquidación, por ejemplo: pagar las vacaciones para el verano del 2019 y liquidar la deuda con la agencia de viajes hasta el año 2021.

Estos tristemente son casos reales; por ello, siempre analiza y asegúrate que los planes de pago sean los indicados para tus ingresos y se ajusten a tu economía familiar. Piensa dos veces antes de hacerle caso a ese cartel de “3 por 2” o “rebajas de temporada”, muchas veces nos dejamos llevar por estos “maravillosos descuentos” y nos desfalcamos de un momento a otro, terminando endeudados con cosas que no necesitamos a pagos tediosos.

Deuda extremadamente negativa.

Asimismo recuerda que hay también deuda todavía más negativa; éstas son las que tienen un CAT (costo anual total) muy elevado, por ejemplo: los créditos que ofrecen la mayoría de los bancos, pagos aplazados de las tarjetas de crédito y créditos fraudulentos con empresas que no saben cómo llevar tus finanzas de manera adecuada.

Esas deudas son sumamente peligrosas, ya que si no se controlan y liquidan pronto, puede traernos problemas graves, incluso por vía legal, desatando una serie de eventos imparables: préstamos cada vez más difíciles de pagar, empeños de objetos con gran valor sentimental y un sinfín de “soluciones” fallidas que pueden terminar en cobros que ponen en riesgo la integridad de tu familia debido a los llamados “Coyotes”.

Esta es una realidad en nuestro país, sólo de enero a julio del 2018, la CONDUSEF recibió 13,459 quejas por “gestión de cobranza indebida”; de éstas el 65% fueron dirigidas a personas que no eran responsables de la deuda, mientras que el 18% de las cobranzas se realizaron con maltrato y ofensas.

No te arriesgues, aléjate de este tipo de deudas.

Deuda buena.

Para finalizar, hablemos de la deuda positiva, en términos generales tiene sentido endeudarse para adquirir bienes o servicios que aumenten su valor con el tiempo, por ejemplo: Una vivienda que aumente su plusvalía debido a mejoras en la condiciones del inmueble o demanda del área, otorgando un patrimonio a tu familia y una buena inversión a tu economía a largo plazo; sin duda, endeudarse con este tipo de adquisiciones es beneficioso.

Considera además invertir en todo aquello que haga crecer a tu empresa como: gastos para la formación de los colaboradores, lanzamiento o posicionamiento en el mercado, infraestructura, etc.

Recuerda, invierte en aquello que sea necesario y no sumes una deuda mala o que sea difícil de costear, analiza sabiamente qué es necesario para ti o tu empresa, invierte en lo más rentable.

Atrévete a endeudarte siempre y cuando sea para lograr mejores rendimientos, consulta tu presupuesto y no asumas ninguna deuda si no eres capaz de cumplir con las cuotas; mientras más ahorres, mayores ventajas tendrás para el futuro.

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